Soy un hombre solitario,
no tengo meta, un principio o fin.
No conozco la mañana, tarde o la noche
solo la ceniza en mis caminos, decadencia mia.
No tengo recuerdos, los he extraviado
en el silencio de mis sueños, tan oscuros, tan amargos.
No tengo fuerzas para desear o buscar.
Ya admiti la derrota de mi alma, que se desangra y llora.
Me ahogo en la desdicha que agobia mi corazon
entierro razones y sentimientos,
abrazo a la soledad y al beso sin rencores
despierto y me enfermo de locura.
Libero a los demonios de mi mente
desgarro al horizonte de cristal,
sepulto mis pasos en ajenjo y embriago
dulce locura, suero de mi alma.
Congelo palabras en pergaminos,
eyaculaciones de purtidos sueños reprimidos,
estrellas imperfectas, manzanas del olimpo,
sonrisas de angeles caidos, belleza impura.
Devoro los sueños de cronos
donde copulan el sol y la luna,
camino por los senderos de la conciencia,
absurdos retratos de la realidad, esperpentos de la vida
como mi ciega sobriedad.
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